domingo, 20 de marzo de 2011


Peter Broderick
Home

El día que empecé a escribir este blog, lo hice con la idea principal de crear una base discrográfica de referencia sin etiquetas, sin atender a estilos. La única premisa para colgar un disco u otro, era la de presentar discos que habían significado cosas para un servidor, que habían marcado un antes y un después en la evolución musical y personal y sobretodo, aquellos discos que con el paso del tiempo no dejan de perder valor más al contrario, lo ganan. O por ejemplo, recoger una serie de discos los cuales recomendarías a cualquier persona para escuchar, un puñado de discos para ir a una isla desierta, o formar un archivo de seguridad para el hipotético caso de que vivamos un ataque nuclear y pierda toda mi colección de cd’s y vinilos (físicos, reales, comprados, pagados por supuesto).


Siguiendo esta directriz, uno de esos artistas que deja huella profunda en cualquier persona con mínima sensibilidad, es Peter Broderick. Entiendo que llegados a este punto, más de uno (o de los pocos) que sigan este blog pensaran que es muy fácil hablar de Peter Broderick, que es como apostar a caballo ganador. Y claro, yo no les voy a restar razón. Pero, ¿alguien es capaz de decirme si hay muchos más artistas como él en este miserable planeta? Porque si es así, pago por cada uno que me presenten.


Peter Broderick, es un artista humilde, sencillo, directo, nada ostentoso en su persona, aspecto y por supuesto música. Incansable, enamorado de su trabajo, vinculado en mil y un proyectos, nos da la felicidad día si y día también de regalarnos su arte sin que su trabajo caiga en la rutina, sin que lo cuantitativo condicione lo cualitativo.


De entre sus muchos trabajos que podría presentar, su obra maestra, su opera prima es Home. Un disco, grabado hoy aquí mañana allá, en un mundo sin hogar, errante y desalmado; en el cual podemos encontrar de todo. Pero sobretodo emoción, sencillez y honestidad en un discurso tejido por y para la música, con mil y un instrumentos siempre tocados por él mismo y aderezados con su propia voz: ahí es poco.


Temas como And it’s all right, Below it, With the notes in my ears; bien podrían haber sido escritos por unos Beatles revisados por el pop-folck actual y muy lejos no andarían. Partes más intrumentales como Sickness, bury, y luego, la increíble Home, el tema que honora al disco y que representa el todo o nada del concepto que guarda: Estribillo inolbidable, receta contra el alzheimier, y catarsis elefantiásica.


No se lo pierdan. Merece la pena vivir para esto.





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info at:
peterbroderick.net
bellaunion.com
typerecords.com

viernes, 11 de marzo de 2011

Relmic Statute
Sitting under the lantern's glow

Puedo sentirme uno de aquellos afortunados que en su día adquirió una copia de este magnífico lp en la tienda virtual (creo que de las únicas que hoy en día son rentables) boomkat.com, que ya he recomendado en este blog alguna vez. Los jueves por la tarde, a eso de las 18.00, dicha tienda actualiza las novedades de la semana y los más avispados ya están allí con sus redes esperando. Todos los lanzamientos del sello cotton goods, nunca llegan al viernes siguiente. En pocas horas se agotan.

Por ello y como decía, me siento afortunado de tener una copia del mejor -sin duda- trabajo del inglés Relmic statute. Y digo y afirmo que es el mejor, porque las pocas veces que aparece algún lanzamiento de dicho artista, siento un cosquilleo en el estómago que desenboca en un mar de expectativas sobre si este nuevo disco será tan bueno como el primero. Confieso que dichas expectativas siempre han acabado en decepción.

Decepción, porque el disco que hoy presento es un tratado de ambient al que muy pocos a parte de Leyland Kirby (que no tardaré en postear) pueden mirar de tú a tú. Este es un trabajo muy serio de caliz y aspecto fírmemente analógico dónde todos los grandes pueden acudir a buscar su rastro o marca. Además me siento con la responsabilidad de enseñarlo al mundo porque su corta tirada y su rápida extinción en la susodicha tienda virtual deben haber privado, de bien seguro, su disfrute y aireado tráfico a través de las redes de contrabando.

Un disco enorme, de principio a fín, para escuchar sólo en una tarde de invierno, fría y oscura dónde nuestros más desconocidos y remotos fantasmas llamaran a la puerta en busca de explicaciones para al fín y al cabo, recordarnos que siempre nos quedará la esperanza de que vueva a salir un disco como este.

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